Dos países en una misma isla, con hombres y mujeres trabajadores, creativos y luchadores por el respeto a sus derechos patrios; cada uno en su tierra. En este mundo de la información, la viralidad y el enfrentamiento van de la mano, por ello los políticos que han dejado sumir en la pobreza y el deterioro su país Haití, hoy se sostienen del anti-dominicanismo, fomentado por algunos traidores dominicanos para buscar notoriedad. La República Dominicana es amiga del pueblo haitiano y los haitianos en su mayoría son amigos de la República Dominicana, pero a esos destructores de futuro, que se alimentan con la pobreza del otro, no les importa nada más que sus intereses personales. Haitianos y dominicanos tienen su identidad clara como dos naciones patrióticas que luchan por su futuro. Los haitianos han quedado sumergidos en esa pobreza; hoy los mismos que la han hundido auspician bandas que les protegen a ellos y atacan al pueblo indefenso de Haití.
La alianza de los buenos cuesta, pues los malos siempre encuentran puntos rápidos de alianzas. Es hora de decir no a las narco-pandillas, no a los políticos que han acabado con Haití, no al fortalecimiento del enfrentamiento entre los dos pueblos. Digamos sí a la solución haitiana, pero en Haití; saludemos con agrado la reconstrucción del país más pobre de la región, pero allá, de aquel lado. Vamos todos a luchar por un Haití de paz, de progreso y tranquilidad. Dominicanos y haitianos de buena voluntad no te dejes arrastrar por el odio que hoy se está fomentando a través de las redes, hoy más que nunca estos dos países deben gritar juntos a la comunidad internacional “basta del abandono de este pueblo, ONU, OEA, Unión Europea”. Hay que hacer ya la carta de reconstrucción de Haití, eso esperamos los buenos dominicanos,la población trabajadora haitiana.
Carlos Rojas magister en seguridad y defensa nacional