El día transcurría entre celebraciones y fiestas. Las Galeras celebraba el día de las madres. Para doña Claudia, era un día monótono y gris. La incertidumbre cotidiana la abrumaba. Sentada a las puertas de su humilde hogar no esperaba nada. El ruido de una camioneta se detuvo frente a ella. Su visión apenas le permitía ver bultos.
Del vehículo se apeó una persona. Pero ¿quién? Era Cecilio García (Pimpe), quien se presenta y sin permitirle ponerse de pie, se sentó junto a ella y lleno de gran sencillez le expresó el motivo de su visita. Y allí, sin aparatajes mediáticos, solo sin compañía estaba él, la esperanza del día para doña Claudia. Llevaba en su camioneta una moderna estufa a gas y un bulto con alimentos.
Este gesto de humildad y bondad, lo enaltece. La solidaridad y la empatía se cristalizan y gracias a Pimpe, doña Claudia tuvo un día de las madres más humano. Pimpe Dios te bendiga y te permita seguir sembrando la semilla del bien.