Monarcas de la antigua civilización, como Ramsés II y la reina Hatshepsut, recorrieron El Cairo a bordo de espectaculares vehículos blindados y rodeados de sacerdotes, antorchas y guardas a caballo para dirigirse a su nuevo museo.Tres mil años después de ser enterrados y preservados para la eternidad bajo las piedras y la arena del Valle de los Reyes, 22 reyes y reinas del Antiguo Egipto volvieron a desfilar con honores reales en el siglo XXI ante el pueblo y ante la audiencia de todo el mundo.El Cairo acogió en la noche del sábado un espectacular desfile en el que las momias de faraones del Imperio Nuevo (siglos XVI – XI a.C.) abandonaron el Museo Egipcio en el que permanecían hasta ahora para ser trasladados a una nueva morada, el recién creado Museo de la Civilización Egipcia.Encapsuladas en gas para proteger sus huesos y tejidos de cualquier golpe, las momias recorrieron El Cairo a bordo de vehículos blindados con decoración faraónica, acompañados por guardas a caballo y sacerdotes, en un despliegue que quiso rememorar algunas las costumbres de la antigüedad. Pasaron, en primer lugar, por la renombrada plaza Tahrir, decorada con estandartes e iluminada con antorchas y luces de colores y ambientada con la música de un grupo de tambores en directo y de la orquesta sinfónica de la Ópera de El Cairo, que puso la banda sonora al bautizado como «desfile dorado».Después fueron trasladadas en una procesión solemne hasta el Museo de la Civilización Egipcia, ubicado al sureste de El Cairo, donde fueron recibidas por una salva de cañones y en todo el camino estuvieron acompañadas por caballeros y sacerdotes vestidos como en la época faraónica.