Desde la creación de Estados Unidos, varios presidentes han sido víctimas de intentos de asesinato. Estos incidentes han dejado una marca indeleble en la historia del país. Aquí destacamos algunos de los atentados más notables:
- Theodore Roosevelt (1912): Aunque ya no estaba en el cargo, Roosevelt fue objeto de un intento de asesinato mientras hacía campaña para un tercer mandato. John Schrank le disparó, pero Roosevelt sobrevivió gracias a un discurso de 50 páginas que llevaba en el bolsillo, lo que amortiguó el impacto de la bala. Roosevelt no solo sobrevivió, sino que pidió a la multitud que no linchara al atacante, quien luego fue declarado demente.
- Franklin D. Roosevelt (1933): Antes de asumir la presidencia, Franklin Delano Roosevelt (pariente lejano de Theodore) fue atacado por Giuseppe Zangara en Miami, Florida. Roosevelt resultó ileso, pero el alcalde de Chicago, Anton Cermak, fue herido y murió posteriormente.
- Harry S. Truman (1950): Durante su mandato, dos nacionalistas puertorriqueños, Óscar Collazo y Griselio Torresola, intentaron asesinar a Truman en la Blair House, donde estaba alojado durante las renovaciones de la Casa Blanca. Los guardias lograron repeler el ataque, en el que murieron uno de los atacantes y un agente de policía.
- John F. Kennedy (1963): Uno de los episodios más traumáticos de la historia de Estados Unidos fue el asesinato de John F. Kennedy por Lee Harvey Oswald mientras recorría Dallas, Texas, en un automóvil descapotable. En este incidente, el atacante profirió tres disparos que no solo acabaron con la vida del presidente, sino que dejaron varias víctimas. A día de hoy, siguen circulando varias teorías conspirativas sobre este asesinato.
- Gerald Ford (1975): El 38º presidente de EE.UU. sufrió dos intentos de asesinato en el mismo mes. Primero, Lynette «Squeaky» Fromme intentó dispararle en Sacramento, California, y luego, Sara Jane Moore lo intentó en San Francisco, California. Ford salió ileso en ambas ocasiones.
- Ronald Reagan (1981): Seis años después, el mediático presidente Ronald Reagan recibió un balazo cuando salía de dar un discurso en un hotel de Washington. La bala, disparada por John Hinckley Jr., rebotó en la limusina, penetró en el brazo derecho de Reagan, rompió una costilla y le perforó el pulmón, causando una hemorragia interna. Reagan casi se muere, pero fue operado y se recuperó totalmente. Hinckley dijo que quería impresionar a la actriz Jodie Foster. La popularidad de Reagan subió 8 puntos después del atentado y arrasó en las presidenciales.
Estos eventos resaltan el peligro constante al que se enfrentan los presidentes estadounidenses. El reciente atentado contra Donald Trump durante un acto de campaña en Pensilvania, en el que el expresidente sufrió un disparo en su oreja derecha, demuestra que la amenaza de la violencia sigue presente en la política estadounidense. Afortunadamente, Trump se encuentra a salvo y ha enviado un mensaje de calma a sus seguidores.