La República Dominicana ocupa uno de los primeros lugares en una de las estadísticas más preocupantes del mundo: somos el país con la mayor tasa de muertes por accidentes de tránsito, con 65 fallecimientos por cada 100,000 habitantes, según World of Statistics. Entre 2020 y 2024, el número de víctimas ha sido alarmantemente alto, superando incluso las muertes causadas por el COVID-19 durante la pandemia. En 2023, se registraron 1,949 fallecidos, y se teme que 2024 registre un récord histórico.
El impacto de los accidentes de tránsito no solo se mide en vidas perdidas, sino también en la enorme cantidad de heridos. Cada año, miles de personas llegan a emergencias con lesiones graves, lo que genera una presión en el sistema de salud semejante a la de un país en conflicto bélico. Las salas de trauma y los quirófanos operan a su máxima capacidad, atendiendo a una oleada constante de víctimas, muchas de las cuales requieren cuidados prolongados y complejos. De estas, el 70% son motociclistas, quienes suelen estar en mayor peligro por no usar casco correctamente, no respetar las leyes de tránsito y no recibir educación vial adecuada.
A esta tragedia humana se suma el impacto en la infraestructura pública. Cada choque deja su huella en postes de luz, redes telefónicas, redes eléctricas y señalizaciones de tránsito. Se estima que las pérdidas económicas por los siniestros ascienden a unos 3,000 millones de dólares al año.
En el Distrito Nacional, la tasa de muertes por accidentes de tránsito es de 8.8 por cada 100,000 habitantes, similar a la de países como Alemania, con 8.2, y Australia, con 8.9 por cada 100,000 habitantes. Como autoridades, tenemos que hacer todo lo posible para reducir estas cifras. Es esencial trabajar juntos, desde el gobierno nacional y los gobiernos locales, para fortalecer la aplicación de las leyes de tránsito, impulsar campañas de educación vial y mejorar nuestra infraestructura. La seguridad vial debe ser una prioridad compartida.
Como regidor, alzaré mi voz para crear conciencia y evitar que nuestras calles sigan siendo cementerios. Les deseo una feliz Navidad y les pido prudencia.
!Santo Domingo tiene con qué!
No se trata de ganar elecciones, se trata de ganarse el corazón de la gente.
Jorge Juan Feliz Pacheco
El autor es regidor del Distrito Nacional
