Con la muerte del Papa Francisco, la Iglesia Católica entra en un período de duelo y transición. La pregunta que surge ahora es: ¿cómo se elige al nuevo Sumo Pontífice? El proceso es ancestral, profundamente simbólico, pero también claro en sus etapas. Conocido como Cónclave, este rito milenario reunirá a los cardenales de todo el mundo en la Capilla Sixtina para escoger al sucesor de San Pedro.
El período de sede vacante
Tras el fallecimiento del Papa, comienza lo que se conoce como sede vacante, es decir, la ausencia del Papa en el trono pontificio. Durante este tiempo, ningún acto de gobierno ordinario puede ser tomado por nadie en nombre del Papa. El gobierno de la Iglesia queda a cargo del Colegio de Cardenales, aunque con funciones limitadas a la administración básica.
El camarlengo, actualmente el cardenal Kevin Farrell, asume el rol de supervisar los asuntos temporales del Vaticano. Él certifica oficialmente la muerte del pontífice y organiza junto al Colegio de Cardenales las exequias, así como el inicio del proceso de elección del nuevo Papa.
El funeral y el luto
El funeral del Papa se celebra en la Plaza de San Pedro y suele estar presidido por el Decano del Colegio Cardenalicio. El período de luto oficial dura nueve días, en los cuales se celebran misas llamadas novemdiales. Solo después de este período puede convocarse el Cónclave.
El Cónclave: decisión bajo secreto absoluto
El Cónclave, palabra que significa literalmente “con llave”, es una asamblea en la que participan todos los cardenales menores de 80 años. Actualmente, hay unos 120 cardenales electores en condiciones de participar.
El Cónclave se celebra en la Capilla Sixtina, donde los cardenales quedan aislados del mundo exterior hasta elegir al nuevo Papa. Durante los primeros días se celebran hasta cuatro votaciones diarias (dos por la mañana y dos por la tarde). Para que un cardenal sea elegido Papa, necesita alcanzar una mayoría de dos tercios de los votos.
Después de cada votación, las papeletas se queman en una estufa especial. Si no hay elección, se lanza humo negro. Si hay elección, el humo es blanco, lo que anuncia al mundo que “Habemus Papam”.
¿Quién puede ser elegido?
Técnicamente, cualquier varón bautizado puede ser elegido Papa. Sin embargo, desde hace siglos, siempre ha sido un cardenal. En caso de que se elija a alguien que no sea obispo, debe ser ordenado inmediatamente antes de asumir el cargo.
El nuevo Papa elige un nombre pontificio y es presentado al mundo desde el balcón de la Basílica de San Pedro con la tradicional frase: “Habemus Papam: Eminentissimum ac Reverendissimum Dominum…”
Un momento decisivo para la Iglesia
La elección del sucesor del Papa Francisco marcará un nuevo capítulo para la Iglesia católica. La huella dejada por el primer Papa latinoamericano será inevitablemente parte del discernimiento de los cardenales, que ahora deberán elegir un pastor capaz de continuar una misión en un mundo complejo, fragmentado y necesitado de esperanza.

