Sueño con que Leonel Fernández, Hipólito Mejía y Danilo Medina (orden en que ejercieron la presidencia de la República), atiendan a la invitación que les ha formulado el presidente Luis Abinader para que los dominicanos arranquemos a trabajar, juntos, en la solución definitiva del asunto haitiano.
Sueño con que ellos 4 asuman que el asunto haitiano, que hoy se resume en la alta presencia de inmigrantes ilegales aquí y las presiones de todo tipo que nos hace la condición de estado fallido de Haití, está por encima de los cálculos y estrategias políticas que cada uno de ellos puedan tener en mente en beneficio de sus respectivos partidos.
Que sus planes e intenciones grupales son política pequeña comparados con el interés general y grande de todo un pueblo que busca mantenerse a flote en medio del vendaval de incertidumbre que azota hoy a prácticamente todo el mundo.
Que Leonel, Hipólito y Danilo respondan a la formal invitación de Luis para trabajar juntos bajo el criterio de que si no elaboramos a tiempo políticas, acciones y regulaciones que contribuyan a que solucionemos el asunto haitiano, será cuestión de tiempo para que la ingobernabilidad prevaleciente hoy en Haití, que ya nos afecta, se extienda como por ósmosis a este lado de la isla.
Que Leonel, Hipólito y Danilo atiendan a la invitación del Presidente actuando en plena conciencia de que el asunto haitiano puede tirar por el suelo nuestra resiliente y fuerte economía, y la prestigiosa institucionalidad democrática levantadas entre todos y que hoy exhibimos orgullosos ante el mundo.
El asunto haitiano no fue creado por Leonel, Hipólito, Danilo ni Luis sino por España y Francia cuando el 22 de julio de 1795 firmaron un tratado que dio origen a la formación de dos pueblos en esta isla La Española que compartimos con los haitianos.
Así las cosas, y por más que brinquemos y saltemos dominicanos y haitianos estamos obligados a coexistir, cooperar y convivir en la isla como naciones amigas pero independientes, diferenciadas por idioma, religión, idiosincrasia: cultura.
A lo largo de las respectivas historias, nosotros estamos levantado un país que lenta pero sostenidamente marcha hacia el desarrollo.
Los haitianos, hasta ahora, retroceden hacia el estado fallido y la ingobernabilidad y esa situación nos daña como país por lo que debemos todos acompañar a Luis Abinader en los esfuerzos que viene haciendo para poner nuestra casa en orden.
No será fácil, el tráfago ilegal de haitianos hacia acá ha corrompido a muchos de los funcionarios militares y civiles que a todos los niveles han debido cumplir las leyes para controlar la inmigración ilegal y el contrabando de mercancías.
Por eso ahora tenemos que legislar y atender a todo tipo de conducta que raye en traición a la patria, como son las violaciones a las normas hechas para proteger nuestra soberanía e intereses generales.
Leonel, Hipólito y Danilo deben atender a la invitación del presidente Abinader y liderar juntos a todo el pueblo ante el inaplazable imperativo del asunto haitiano que con el paso de las horas y los días se deteriora de más en más, mientras la comunidad internacional pierde interés en el tema, más ahora que conflictos de mayor magnitud reclaman su interés.
En las encuestas y doquiera que al pueblo dominicano se le da oportunidad de expresar su sentir, afirma con claridad y firmeza la alta preocupación que le embarga por el asunto haitiano.
Leonel, Hipólito, Danilo y el propio Luis que está haciendo su trabajo, saben que la mayoría de los dominicanos tienen el foco puesto en el desempeño que tengan sobre el asunto haitiano y que no les van a perdonar que se distraigan con relación a un tema tan crucial para nuestra integridad como nación.
*Mis disculpas al gran norteamericano Martin Luther King por tomarle prestado el título de su histórico discurso.