En República Dominicana, como en gran parte del Caribe, los ciclones tropicales representan una de las mayores amenazas naturales del año. Con cada temporada ciclónica, los dominicanos se preparan ante la posibilidad de lluvias intensas, deslizamientos, inundaciones y vientos destructivos. Sin embargo, más allá del riesgo evidente, estos fenómenos también tienen un impacto profundo —y muchas veces positivo— en el ciclo del agua del país.
Los ciclones, huracanes o tormentas tropicales no solo alteran la vida cotidiana, sino que también recargan las presas, alimentan los ríos y contribuyen a la recuperación de acuíferos en zonas que enfrentan sequías prolongadas. En República Dominicana, regiones como el sur y el noroeste —frecuentemente golpeadas por la escasez de agua— pueden beneficiarse de las lluvias que traen estos sistemas, ayudando a garantizar el abastecimiento para el consumo humano, la agricultura y la producción hidroeléctrica.
Durante la última década, ciclones como Sandy (2012) e Isaías (2020) no solo provocaron daños, sino que también aliviaron la presión sobre importantes embalses como Sabana Yegua y Tavera, fundamentales para la seguridad hídrica del país. Estos fenómenos han demostrado que, aunque peligrosos, forman parte de un equilibrio natural que mantiene viva la dinámica de nuestros ecosistemas.
Sin embargo, los riesgos asociados siguen siendo altos. El caso del huracán Georges en 1998, que provocó más de 200 muertes y dejó a miles sin hogar, es una herida aún abierta en la memoria colectiva dominicana. Por eso, es esencial mantener una cultura de prevención y respuesta. Seguir las recomendaciones del COE, mantener planes familiares de emergencia y atender las alertas de la ONAMET son medidas clave para proteger vidas.
En un país vulnerable al cambio climático, donde el acceso al agua es un tema estratégico, los ciclones representan una paradoja: son a la vez amenaza y recurso. Entender su doble impacto es fundamental para una gestión más resiliente y sostenible del agua en República Dominicana.