Uvero Alto, República Dominicana – La costa de Uvero Alto es más que un paraíso turístico: es un valioso santuario natural donde, cada año, decenas de tortugas marinas, entre ellas la especie Carey, llegan a desovar, manteniendo un ciclo vital que ha perdurado por generaciones.
Ante las recientes intervenciones con maquinaria pesada en la playa para la recolección de sargazo —una problemática que afecta a todo el Caribe—, organizaciones comunitarias, ambientalistas y ciudadanos expresan su preocupación por el impacto que estas acciones pueden tener sobre el frágil ecosistema marino y costero.
¿Qué está en juego?
• Nidos de tortugas marinas que podrían ser destruidos involuntariamente durante las labores de limpieza.
• Procesos naturales de la playa que se alteran cuando se desplaza la arena o se introduce infraestructura no regulada.
• La biodiversidad marina, que requiere de condiciones estables para prosperar.
Un llamado al diálogo y la acción conjunta
Reconocemos el esfuerzo de actores del sector turístico por mantener nuestras playas limpias y seguras para los visitantes. Sin embargo, es esencial que estas acciones se realicen de forma ambientalmente responsable y en coordinación con las autoridades competentes, como el Ministerio de Medio Ambiente y los programas de conservación de tortugas marinas.
Proponemos:
1. Revisar los métodos de limpieza de sargazo para que se adapten a las normativas ambientales vigentes, priorizando alternativas manuales o con maquinaria liviana en zonas sensibles.
2. Establecer un protocolo de monitoreo ambiental, especialmente durante la temporada de anidación de tortugas (marzo a octubre).
3. Formar alianzas entre hoteles, comunidades locales y ONGs ambientales para proteger activamente los nidos, señalizar áreas de anidación y promover el turismo ecológico.
4. Reconsiderar la instalación de estructuras como mallas ciclónicas, que aunque bien intencionadas, podrían generar impactos colaterales en la vida marina y los bañistas.
Uvero Alto: un compromiso compartido
Invitamos a todos los actores –sector privado, instituciones gubernamentales, organizaciones ambientales y ciudadanía– a unirse en un esfuerzo común por preservar la riqueza natural de nuestras costas. La protección de las tortugas marinas no es solo una obligación legal, es un acto de respeto a la vida y al futuro sostenible del turismo dominicano.
Juntos podemos convertir a Uvero Alto en un ejemplo de turismo responsable, conservación activa y orgullo nacional.
