Con profunda tristeza recibimos la partida de nuestra querida María Cristina Camilo, pionera de la radio y la televisión dominicana. Su voz, su talento y su carisma marcaron generaciones enteras, dejando una huella imborrable en la historia de la comunicación de nuestro país.
Tuve el privilegio de compartir con ella en el último programa Romance Campesino, que produjimos junto a Julio César Matías. En ese espacio también participaron grandes figuras como María Rosa Almánzar, quien interpretaba a Cirita; María Cristina, que representaba a la madre de Cirita; y Pololo, el eterno enamorado. Aquel último programa lo realizamos en Bayacanes, en el río Camú, en un charco conocido como El Charco del Muerto, muy cerca de la casa de mi tío, el Dr. Tobal Núñez.
Ese recuerdo sigue vivo en mí, pues formó parte de mi etapa como propietario de una emisora de radio en la frecuencia 710 AM, localizada sobre la Farmacia Melgen. Fueron días intensos y memorables, que siempre llevaré conmigo.
Por todo lo que significó para la cultura, la comunicación y el arte dominicano, considero justo y necesario que los restos de doña María Cristina Camilo reciban un homenaje en la sede de Radio Televisión Dominicana antes de recibir cristiana sepultura, el espacio que fue su casa profesional y desde donde construyó gran parte de su legado. Sería un homenaje digno a una vida entera dedicada al servicio del arte y la comunicación.
Fernando Núñez
