Cada tercer sábado de septiembre se conmemora el Día Mundial de las Playas, una jornada que nació como parte de las iniciativas ambientales internacionales para promover la conservación de estos ecosistemas. Más allá de una fecha simbólica, es una oportunidad para reflexionar sobre el valor que tienen las playas, no solo como espacios de recreación y turismo, sino como entornos vitales para la biodiversidad y el equilibrio ecológico.
Las playas cumplen funciones esenciales: protegen las costas de la erosión, sirven de hábitat a especies marinas y aves migratorias, y son fuente de sustento para comunidades pesqueras. Sin embargo, enfrentan amenazas crecientes como la contaminación por plásticos, el mal manejo de residuos, la urbanización descontrolada y los efectos del cambio climático. De ahí la importancia de esta fecha, que invita a la acción ciudadana, a la educación ambiental y a la adopción de prácticas responsables en el uso de los recursos naturales.
En República Dominicana, país rodeado de mar, la celebración adquiere un matiz especial. El territorio cuenta con algunas de las playas más reconocidas del Caribe y del mundo, como Bávaro y Punta Cana en el Este, Playa Rincón en Samaná, Playa Bahía de las Águilas en Pedernales, así como playas urbanas emblemáticas como Güibia y Boca Chica. Todas ellas representan no solo un atractivo turístico, sino también un patrimonio natural y cultural que merece ser protegido.
Este día se convierte, además, en una invitación a redescubrir la responsabilidad compartida que tenemos frente a la conservación. Mantener limpias las playas no es tarea exclusiva de las autoridades o de las organizaciones ambientales: cada visitante puede marcar la diferencia evitando dejar desperdicios, reduciendo el uso de plásticos desechables y participando en jornadas comunitarias de limpieza.
El Día Mundial de las Playas nos recuerda que la belleza del mar y la arena no puede darse por sentada. Su cuidado garantiza no solo un entorno más saludable para las generaciones actuales, sino también un legado de vida, turismo sostenible y orgullo nacional para el futuro.




