El gobierno de Estados Unidos anunció este viernes la revocación de la visa del presidente de Colombia, Gustavo Petro, luego de que el mandatario participara en una manifestación pro palestina frente a la sede de la ONU en Nueva York, donde llamó a los soldados estadounidenses a desobedecer órdenes y a unirse a una “fuerza global” para liberar a Palestina.
El Departamento de Estado calificó las declaraciones de Petro como “acciones imprudentes e incendiarias”, y señaló que sus mensajes podían interpretarse como una incitación a la violencia. “Revocaremos la visa de Petro debido a sus acciones irresponsables”, indicó la institución a través de un comunicado difundido en X.
Durante la protesta, el presidente colombiano aseguró que todas las embajadas y consulados de su país tienen la instrucción de respaldar la causa palestina y anunció que abrirá inscripciones de voluntarios con experiencia militar para apoyar esa lucha. “Si me toca ir al combate, no me asusta; ya estuve en otros, pues voy”, dijo Petro, recordando su pasado en la guerrilla del M-19.
Las reacciones no se hicieron esperar. En Colombia, el ministro del Interior, Armando Benedetti, afirmó que quien debería haber perdido la visa era el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y acusó a Washington de “desquitarse con el único presidente capaz de decirle la verdad a la cara”.
Petro, de regreso a Bogotá tras concluir su participación en la Asamblea General de la ONU, respondió en redes sociales que la medida estadounidense “rompe todas las normas de inmunidad en que se basa el funcionamiento de las Naciones Unidas” y que EE.UU. “no puede condicionar la opinión de los presidentes que asisten a la Asamblea”.
El episodio marca un nuevo punto de tensión en las ya deterioradas relaciones entre Washington y Bogotá desde el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca en enero de este año. En meses recientes, ambos gobiernos han chocado por asuntos migratorios, comerciales y por los operativos militares estadounidenses contra presuntas embarcaciones de narcotráfico en el Caribe, que Petro calificó como un “acto de tiranía”.
Con la revocación de la visa presidencial, la crisis diplomática entre los dos países entra en una fase inédita, que analistas interpretan como un riesgo para la histórica cooperación bilateral en materia de seguridad y lucha antidrogas.