10 de noviembre de 2021
Señoras y Señores:
Constituye un gran honor y alta satisfacción recibir este reconocimiento que me otorga el Senado de la República, la más genuina representatividad del pueblo dominicano, por la labor realizada desde el Banco Central de la República Dominicana, el cual recibo con orgullo y humildad.
Les confieso, con la mayor honestidad, que la iniciativa del honorable senador Alexis Victoria Yeb me ha sorprendido gratamente, y al mismo tiempo me ha llenado de alegría y satisfacción. Mi más profundo agradecimiento al honorable senador Victoria Yeb y a los honorables senadores de la República que acogieron su iniciativa.
De igual forma, permítanme agradecer la deferencia del excelentísimo señor presidente de la República, Luis Abinader, quien nos acompaña en este acto, tan significativo e importante para quien les habla, un gesto que me honra y me enaltece. Gracias, señor presidente. Muchas gracias honorable señora vicepresidenta de la República, Raquel Peña, por su presencia.
Hoy recuerdo las enseñanzas de mi padre, el Dr. Héctor Manuel Valdez Guerrero, médico dominicano, quien siempre nos enseñó con su ejemplo: el trabajo, la lealtad y la honestidad, tanto a mis hermanos como a mí. Estos tres valores han sido esenciales en nuestras vidas. Desde donde te encuentres, sé que estás guiando mis pasos.
Una gratitud del alma a mi querida esposa y compañera de vida, Fiordaliza Martínez de Valdez, mi hijo Héctor Manuel, mi madre y mis entrañables hermanos, y en ellos a toda mi familia, a quienes le he sustraído tanto tiempo de calidad para dedicarlo a la nación. Gracias por brindarme su comprensión y apoyo en las situaciones más apremiantes de mi vida personal y laboral.
Quiero resaltar la eficiencia y capacidad del equipo técnico de la institución que me ha acompañado en estos años. Miembros de la Junta Monetaria, funcionarios y empleados, comprometidos con la excelencia que, con su dedicación, han contribuido al logro de las metas que nos hemos propuesto. Gracias por su apoyo.
Creo firmemente en lo que afirmaba el filósofo Séneca; “El día nunca le parece largo al que trabaja”, y lo que he hecho a través de más de medio siglo ha sido trabajar, dando lo mejor de nuestra capacidad profesional y reserva ética en beneficio del país al frente del Banco Central, una institución que constituye un ejemplo de organización, transparencia, credibilidad y excelencia.
Todos estos ingentes esfuerzos han rendido sus frutos gracias a la confianza depositada por cuatro jefes de Estado en mi persona y en un equipo de trabajo que, desde el Banco Central, ha servido con la mayor lealtad y dedicación al país.
Mirando en retrospectiva, el país ha tenido que librar grandes batallas económicas en las que el Banco Central ha tenido que jugar un rol de primera línea en pro de la estabilidad y con el objetivo de atenuar los efectos negativos de grandes crisis internacionales sobre la economía dominicana. Entre esas crisis caben rememorar: el “Efecto Tequila” de la economía mexicana (1994); la crisis financiera asiática (1997); la crisis rusa conocida como el «efecto vodka» (1998); y la crisis económica brasileira (1999) con su secuela, el efecto caipiriña sobre las economías de América Latina.
Asimismo, debo mencionar el desplazamiento de la industria textil de zonas francas dominicanas por la competencia de los países asiáticos, principalmente China (2007), y la Gran Recesión (2008), originada en el colapso del mercado inmobiliario de Estados Unidos que contagió a los principales mercados financieros del mundo, así como la incertidumbre provocada por un precio del barril de petróleo que alcanzó 140 dólares (2008). Además de todos estos choques internacionales, el Banco Central ha contribuido a enfrentar los efectos económicos de múltiples fenómenos climáticos extremos a lo largo de ese periodo.
Más recientemente, al igual que la mayoría de los gobiernos y bancos centrales del mundo, en la República Dominicana hemos implementado políticas de carácter monetario y fiscal que han contado con el apoyo irrestricto del señor presidente, Luis Abinader y que, gracias a su voluntad y decisión, han contribuido a reactivar la producción, proteger el ingreso de los hogares, asistir a los sectores más vulnerables de nuestra sociedad y recuperar los empleos perdidos durante la pandemia.
Entre las medidas para enfrentar la crisis sanitaria, es preciso destacar el exitoso proceso de inoculación que ha contado con una excelente labor del Gabinete de Salud dirigido con extraordinaria eficiencia por la vicepresidenta Raquel Peña y que en la actualidad ha vacunado con al menos dos dosis más del 62% de la población adulta y, con una dosis, más del 77% de dicha población, contribuyendo a una sorprendente recuperación del turismo que proyecta recibir 4.9 millones de visitantes no residentes al cierre de este año.
Estimados senadores, pueden tener la certeza de que este reconocimiento fortalece el compromiso institucional y personal que tenemos con la estabilidad macroeconómica y el desarrollo del país. Estén seguros que desde el Banco Central no bajaremos la guardia a pesar de los logros alcanzados, manteniéndonos siempre atentos a los riesgos que pueda enfrentar nuestra economía.
Nuestra patria es grande. El trabajo tesonero de un pueblo luchador la ha hecho una tierra indoblegable, resiliente, que se levanta con ímpetu frente a las más grandes adversidades. Sigamos el buen camino. Como dijo el patricio Juan Pablo Duarte: “trabajemos por y para la patria, que es trabajar para nuestros hijos y para nosotros mismos”.
Muchas gracias.