lunes, noviembre 25, 2024
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“Así conocí a Fidel”


Por Fernando Núñez

Hoy, al conmemorarse otro aniversario del fallecimiento de Fidel Castro, comparto el relato de mi encuentro con este emblemático líder cubano. Fue en el año 2002, durante un evento internacional en La Habana sobre la lucha contra la pobreza, al cual asistió como invitada especial la señora Peggy Cabral, destacada dirigente del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) y productora del programa de televisión “Conversando con Peggy”.

Fidel inauguró el evento y se retiró antes de que concluyera, pero doña Peggy gestionó una audiencia con él para su programa. Al día siguiente, a las 10 de la mañana, fuimos conducidos a un lugar donde Fidel nos recibiría. Aunque no pudo concederle la entrevista por compromisos con el presidente de un país africano, dedicó un tiempo significativo para conversar con nosotros.

Durante este encuentro, tuve la oportunidad de dirigirme directamente al presidente Castro, algo que no suelo hacer cuando acompaño a doña Peggy en sus entrevistas. Al abordar temas relacionados con la lucha contra la pobreza, Fidel mostró interés en mis comentarios, llegando incluso a posar su mano sobre mi hombro en varias ocasiones mientras hablábamos. Fue entonces cuando le expresé:

-Presidente, con usted se puede estar de acuerdo o no en muchas cosas, pero en lo referente a la lucha contra la pobreza, Cuba ocupa uno de los primeros lugares, por aquellos niveles de alimentación, salud y educación que posee.

Fidel respondió con entusiasmo, destacando los avances educativos en Cuba, como escuelas en zonas rurales equipadas con energía solar y computadoras.

Para romper un poco la formalidad, añadí: -Comandante, es que cuando se inventó el lápiz ya en Cuba se borraba. Su reacción fue una amplia sonrisa que hizo la conversación más amena. A partir de ese momento, Fidel me involucró activamente en el diálogo.

Hablamos de temas como la ganadería, donde mencioné mi experiencia como criador de ejemplares de la raza Pardo Suizo, así como mi afición por los caballos de paso fino. Fidel mostró interés en estos temas y compartió detalles sobre los avances genéticos en la ganadería cubana y sus preferencias por la raza Holstein.

El béisbol también surgió en la conversación, aunque le confesé que mi mayor pasión eran los caballos. Compartí con él mi rol en la creación de la Confederación Mundial de Criadores de Caballos de Paso Fino (CONFEPASO) y mis logros como criador. Fidel opinó que, aunque los caballos de paso fino son cómodos, no sirven para la ganadería debido a su limitada movilidad, una observación acertada que compartí plenamente.

Además, abordamos el turismo, un sector en el que Cuba empezaba a desarrollarse con fuerza, siguiendo los pasos de la República Dominicana. Fidel elogió el liderazgo de nuestro país en esta área y compartí con él mis experiencias como asesor de la Secretaría de Turismo.

Al final del encuentro, Fidel obsequió a doña Peggy un arreglo floral y a los presentes, cajas de tabacos Cohíba. La mía llevaba dos dedicatorias en lugares distintos, un detalle que nunca logré descifrar.

Antes de despedirnos, me atreví a recordarle que tenía compromisos pendientes, lo que provocó una respuesta en tono de broma: -Déjamelo aquí, dijo, refiriéndose a mí, mientras doña Peggy respondió rápidamente: -¡Ay no!

Este encuentro con Fidel Castro, lleno de anécdotas y aprendizajes, es un recuerdo imborrable que agradezco profundamente, tanto a él por su trato cálido, como a doña Peggy Cabral, quien me brindó esta inolvidable oportunidad.

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