La realidad latente que conmociona al mundo en estos tiempos, va muy de la mano del nuevo rol que tendrá que adoptar el flamante «Sistema Internacional», debido a que, en la actualidad requiere un nuevo paradigma de transformación, principalmente con el surgimiento de nuevos acontecimientos latentes en la actualidad, que de una u otra forma impactan en el contexto geopolítico e internacional, el cual se traduce a los efectos internos de los estados.
Es preciso puntualizar, que no solo la «Operación Militar Ucrania-Rusia» ha puesto en evidencia el franco deterioro y el surgimiento de una «Entropía», esto ha ido surgiendo, debido a la insistencia militarista de los Estados Unidos de expandir sus fronteras bajo su liderazgo y sobre todo de evitar que Europa se incline más al Oriente, esto no solo agrava más la problemática sino que también dificulta la dinámica de paz que atravesaba el sistema internacional. El mundo Post-pandémico que poseemos hoy en día y aun con ciertos resabios dejados por el surgimiento del Coronavirus, el contexto social de hoy es visto con una flamante decadencia e impacto en las garantías de la seguridad alimentaria y también en los aspectos de seguridad nacional.
No obstante, tanto la República Popular China después de las reformas en el año 1976, ha jugado un papel muy importante, a los efectos e impacto afianzados en una proyección futurista de ser una potencia promisoria, sin dejar de lado, el rol protagónico y su incidencia en el sistema internacional. China y Estados Unidos han agudizado más su rivalidad, sobre todo con la visita de Nancy Pelossi a la Isla de Taiwán, lo cual ha puesto en evidencia que, la República Popular China hoy disputa todas las esferas y sobre todo la preeminencia que tuvo con el gigante norteamericano durante el siglo pasado, asuntos que aún persisten hoy en dia y con el riesgo de complicar más la dinámica bilateral de ambas potencias. El gigante oriental, no solo aprovecha su desempeño económico, sino que se basa en su preeminencia como potencia demográfica, lo cual le da cada día más poder para ir en ascenso en el podio de los indicadores socioeconómicos a nivel global.
Hoy en día, también la entropía hace estragos en el territorio de los Estados Unidos y a pesar de la persistencia en exportar sus esquemas violentos a través de determinados comportamientos y la tecnología digital, hace ya un tiempo que dejó de ser un modelo a imitar. Esto ha generado que, desde un punto de vista de la sociedad China han aprovechado de expandir su modelo a lo largo y ancho de la esfinge planetaria y más aún afianzando esa cooperación con América Latina, generando esto un impacto significativo en los comportamientos de su gente, que son fomentados vía los sosiegos de la disciplina y el progreso de su sociedad, lo cual se traduce a una sociedad más civilizada y organizada frente al mundo exterior.
La República Popular China, se ha caracterizado por mantener una postura neutral a los términos de las vicisitudes que atraviesa el mundo y o el sistema internacional, lo cual evidencia el grado de madurez que comprende la dinámica de su política exterior, cosa que, su rival más prominente los Estados Unidos no pone en práctica.
Para muchos analistas la disputa entre los Estados Unidos y China, más para bien ha sido una lucha de carácter «Intracapitalista», muestra de ello se evidencia la crisis del COVID-19, al igual que también, con respecto a la Operación Militar «Ucrania-Rusia» . Pekín siempre ha sido un garante de neutralidad en el sistema internacional, fruto de ello lo ha demostrado en este conflicto militar existente mencionado anteriormente. Podemos vislumbrar que, la visión del gigante oriental, siempre ha sido seguir aspirando a conseguir mediante su política minuciosa de seguir garantizando en esta zona la seguridad energética y apoyo militar, ya que en estas dos áreas China tiene importantes falencias susceptibles de ser compensadas por Moscú.
Ninguna otra cosa está de por medio. Hoy por hoy, China importa de Rusia 15,5% de sus necesidades energéticas, pero de acuerdo a un plan teórico que aún no se hace público, el gobierno de Xi y el de Putin quisieran llevar esta proporción hasta 55%. Por otra parte, China cada vez más demanda productos y hace más presencia en Latinoamérica y la Región, lo cual, estas y otras observaciones marcan un hito en el desarrollo de las relaciones bilaterales entre ambas potencias, visibilizando cada vez más la presencia China en el sistema internacional, desplazando a una velocidad imparable la presencia de los Estados Unidos en la región LATAM y su incidencia en el mundo.
La política «Win-Win», es y seguirá siendo la garantía de progreso en la actualidad, lo cual surtirá los efectos mayores a futuro, dado que será de vital importancia afianzar la cooperación, donde China será la virtual ganadora. Esperamos que, el mundo y el sistema internacional, vayan en concordancia de poder mejorar y estrechar los valores intrínsecos de la cooperación, siendo el crecimiento económico la meta principal para las naciones y que a medida de lo posible se aparten las barreras ideológicas que han impedido la dinámica de un mundo más integral en los términos de cooperación.
Por: Redacción, Pincel Digital