La palabra democracia, derivada de los términos griegos dēmos (pueblo) y kratos (gobierno), nació en la Antigua Grecia a mediados del siglo V a. C. Fue en ciudades-estado como Atenas donde se realizaron los primeros experimentos políticos que buscaban dar voz a los ciudadanos frente al poder concentrado de los imperios o monarquías.
Según la Enciclopedia de la Historia Mundial, el sistema ateniense se caracterizó por ser una democracia directa. Los hombres libres y no esclavizados podían participar en la ecclesia, la asamblea que se reunía al menos una vez al mes en la colina Pnix. Allí, entre 30 000 y 60 000 ciudadanos tenían derecho a hablar y votar, levantando la mano para expresar su posición. La mayoría definía las decisiones que afectaban a toda la comunidad.
Aunque Atenas es considerada la cuna de la democracia, no fue la única. Otras ciudades-estado como Argos, Siracusa, Rodas y Eritras también ensayaron sistemas similares en distintos momentos de la Antigüedad.
La democracia en la actualidad
Con el paso de los siglos, este modelo evolucionó hacia formas representativas que hoy conocemos como Estados democráticos modernos. Desde 1997, cada 15 de septiembre se celebra el Día Internacional de la Democracia, proclamado tras la Declaración Universal sobre la Democracia, firmada por 128 países.
El documento establece que los pilares de un régimen democrático son el imperio de la ley, el respeto a los derechos humanos y la celebración de elecciones libres y justas de manera periódica. Según esta declaración, todos los ciudadanos deben poder elegir a sus representantes mediante sufragio universal, igualitario y secreto.
Actualmente, el Índice de Democracia 2024, elaborado por The Economist Intelligence Unit, ubica a Noruega, Nueva Zelanda y Suecia como los países con mayor fortaleza democrática.
El reto de América Latina y el Caribe
En la región, los desafíos de la democracia están marcados por la desigualdad social, la desafección política y la necesidad de instituciones más sólidas. En países como la República Dominicana, donde la democracia ha sido restaurada en distintos momentos del siglo XX, el fortalecimiento del sistema político pasa hoy por el impulso de la transparencia, la rendición de cuentas y la participación ciudadana.
El Día Internacional de la Democracia invita, en consecuencia, a reflexionar no solo sobre las raíces históricas de este sistema, sino también sobre los desafíos presentes: garantizar que la voz del pueblo se traduzca en gobiernos legítimos, responsables y coherentes con el bienestar colectivo.