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Dormir abrazados: el gesto nocturno que reduce el estrés y fortalece la salud emocional

Por Redacción Pincel | 9 de junio de 2025

Un gesto tan simple como abrazarse antes de dormir podría tener un impacto significativo en la salud emocional de las parejas. Así lo confirman recientes investigaciones que asocian el contacto físico nocturno con menores niveles de estrés y mayor seguridad afectiva en la relación.

La intimidad no solo se construye con palabras, sino también con gestos cotidianos. Y entre ellos, el abrazo en la cama se revela como uno de los más poderosos. Dormir acompañado puede ser una experiencia profundamente reparadora, no solo por compartir el descanso, sino por la conexión emocional que se refuerza en ese espacio de silencio, oscuridad y vulnerabilidad.

Un acto sencillo con grandes beneficios emocionales

Según los estudios, cuando las parejas se abrazan o se acurrucan antes de dormir, se activan procesos neuroquímicos que disminuyen la tensión, como la liberación de oxitocina —conocida como la «hormona del amor»—, y se reduce el cortisol, la hormona del estrés. Esto crea una sensación de tranquilidad emocional, refuerza el vínculo afectivo y puede incluso ayudar a afrontar mejor los retos del día siguiente.

Aunque no todas las parejas duermen en la misma cama o habitación, aquellas que lo hacen y mantienen algún tipo de contacto físico al inicio de la noche reportan mayor percepción de cercanía y menor ansiedad. El simple acto de entrelazar las piernas, tomar la mano o apoyar la cabeza en el pecho de la pareja puede convertirse en un ritual de conexión emocional profunda.

¿Y qué pasa con el sueño? ¿Se duerme mejor abrazado?

Aquí la respuesta es más matizada. Las investigaciones no han demostrado que el abrazo mejore directamente la calidad del sueño, aunque tampoco lo perjudica. De hecho, las posiciones más cercanas no mostraron ninguna relación negativa con la conciliación o duración del descanso.

No obstante, los expertos señalan que mantener posturas prolongadas abrazados puede generar incomodidad física, como aumento de la temperatura corporal o presión en zonas del cuerpo. Por eso, muchos especialistas en salud del sueño sugieren que el abrazo antes de dormir —aunque breve— podría ser suficiente para activar beneficios emocionales, y luego cada persona puede adoptar la postura que le resulte más cómoda para dormir profundamente.

Dormir juntos: más que una costumbre, una oportunidad

Lejos de ser un detalle trivial, la forma en que las parejas se relacionan antes de dormir revela mucho sobre la calidad del vínculo. No se trata de imponer una rutina, sino de reconocer que ese momento compartido al final del día puede convertirse en una oportunidad para nutrir la relación. Un abrazo no es solo físico: también comunica cuidado, atención y presencia.

Dormir bien es clave para la salud mental, y hacerlo acompañado —si se cultiva con respeto y cariño— puede ser un factor protector frente al estrés y la ansiedad. En un mundo donde todo parece moverse con prisa, un abrazo en la penumbra puede ser un recordatorio silencioso de que no estamos solos.