Llevo más de diecisiete años visitando el paradisíaco destino de Las Terrenas. Lo conocí cuando mi primo hermano decidió invertir allí por primera vez, desarrollando el primer proyecto inmobiliario de apartamentos y villas frente al mar.
Recuerdo los viajes por la carretera vieja, entrando por la autopista Duarte, San Francisco y Nagua. Cuanto apostamos por la Autovía del Nordeste y el Bulevar Turístico del Atlántico, que no solo aportaron mayor comodidad al trayecto, sino también más seguridad y, sobre todo, un mejor acceso a este destino turístico.
Todos los que me conocen saben del profundo amor que siento por este lugar. Siempre digo que: “Dios comenzó la creación del mundo por este pedacito llamado Las Terrenas”. Donde se unen las montañas, el mar azul casi transparente, el sol radiante y el cielo en un rincón de tierra que acoge personas de todas partes del mundo.
El turismo es uno de los motores económicos más importantes de la República Dominicana, por lo que el Gobierno busca fortalecer destinos como Las Terrenas mediante inversiones que promuevan su posicionamiento como verdadero enclave turístico.
Estas inversiones abarcan desde la mejora de la infraestructura local hasta la promoción de actividades recreativas y culturales, acompañadas del esfuerzo de un pujante sector privado que ha apostado firmemente por este destino.
El sector privado ha sido, de hecho, el gran motor del desarrollo de Las Terrenas, impulsando los principales proyectos inmobiliarios de la zona: desde hoteles ecológicos y boutiques hasta complejos residenciales con venta y renta de apartamentos y villas, generando así crecimiento económico y nuevas oportunidades de empleo.
Detengámonos en las cifras: las inversiones van desde los RD$30 millones, con una proyección adicional de RD$500 millones para proyectos futuros en la zona.
En febrero de 2025, junto al presidente Luis Abinader, se inauguró el tan esperado Pueblo de los Pescadores, con una inversión de RD$290 millones, dentro del marco de dos iniciativas clave:
1. La creación de un comité mediante el decreto 277-25, encargado de gestionar este nuevo espacio, que incluye locales comerciales con el propósito de fortalecer el turismo y servir como punto de encuentro para la comunidad y sus visitantes.
2. La participación interinstitucional de representantes del sector privado, Politur, la Armada, DNCD y la Policía Nacional, para garantizar el funcionamiento adecuado del proyecto, que cuenta con diez locales comerciales, dos baños, un cuarto técnico, servicios generales y un moderno sistema de detección de incendios.
Me detengo en el Pueblo de los Pescadores porque es un ícono de la identidad de Las Terrenas. Luego de una inversión tan significativa, debemos cuidar no solo esta plaza, que aporta valor al turismo, sino también sus alrededores, incluyendo las áreas de Playa Bonita y Punta Popi.
Después de muchos años, Playa Bonita fue peatonalizada, lo que trajo consigo un desarrollo mucho más organizado tanto para los residentes como para los visitantes.
También merece reconocimiento la gran comunidad extranjera que ha hecho de Las Terrenas su hogar, dinamizando la economía local mediante la creación de negocios como cafeterías, restaurantes, supermercados, farmacias, generando así numerosos empleos.
Escribo estas líneas desde el corazón y con preocupación genuina. Mi intención es generar conciencia, promover el diálogo y fomentar soluciones que beneficien a residentes, visitantes y actores locales.
Este fin de semana largo lo dediqué a algo más que simplemente mirar: a contemplar. A contemplar lo hermoso y maravilloso que Dios nos regaló en este lugar, pero también a ver más allá de la playa y la arena, y a no quedarme callada ante lo que descubrí.
Vi acumulación de basura en zonas residenciales y turísticas, falta de iluminación en las calles y una presencia policial limitada en áreas de alta vulnerabilidad. También noté la ausencia de un sistema de drenaje pluvial eficiente, lo que, como vimos recientemente, provocó inundaciones con aguas negras.
Mientras fotografiaba uno de los atardeceres más hermosos, no pude evitar notar el desorden del tránsito y la fuerte congestión en las avenidas principales, sumadas a la falta de aceras y la escasa señalización.
Observé cómo, de manera arbitraria, se instalan fachadas, falsos techos, mesas y sillas en espacios públicos. Durante un paseo por la playa, también vimos turistas sin control, en su mayoría nacionales, que llegan los fines de semana, causan daños y luego se marchan.
Aquí quiero reconocer la labor de Politur, bajo la dirección de mi gran amigo el general Minoru Matsunaga, por el apresamiento de un jeep y un buggy que utilizaban la playa como pista privada. Acciones como esta son las que deben replicarse para que tanto residentes como visitantes aprendamos a respetar las leyes.
A esto se suman permisos inadecuados para fiestas multitudinarias en zonas residenciales y de difícil acceso, que vuelven insoportable la circulación vehicular. Esto genera conflictos entre los residentes y los turistas que buscan tranquilidad y disfrute, agravados por la falta de planificación y orden territorial. Todo ello amenaza seriamente el futuro de un destino concebido para el amor, la alegría y la paz.
Las Terrenas clama por una respuesta coordinada. El futuro de este enclave turístico depende de la unión entre autoridades municipales, instituciones públicas, el empresariado, las organizaciones comunitarias y la ciudadanía. Solo mediante políticas públicas claras, planificación urbana sostenible, supervisión efectiva y cumplimiento de la ley podremos garantizar un desarrollo ordenado y preservar el valor natural y cultural de Las Terrenas, este paraíso que tanto amamos.
Laura Ramírez Bisonó
Noviembre 11, 2025.







