El reciente Decreto No. 306-25, emitido por el presidente Luis Abinader, marca un nuevo capítulo en la historia del desarrollo urbano y deportivo de la República Dominicana. La creación de una comisión consultiva para evaluar la viabilidad de construir un moderno estadio de béisbol en los terrenos del Ensanche La Fe, en pleno corazón del Distrito Nacional, va mucho más allá de una simple obra de infraestructura: es una visión de país.
Desde hace décadas, el béisbol ha sido mucho más que un deporte para los dominicanos: es parte de nuestra identidad, nuestra historia y nuestra proyección internacional. Sin embargo, ese liderazgo deportivo merecía un escenario a su altura. La propuesta de un estadio diseñado bajo los estándares de las Grandes Ligas (MLB) no solo honra ese legado, sino que abre las puertas a nuevas oportunidades económicas, culturales y sociales.
Pero lo más significativo es el modelo con el que se plantea este desarrollo: una alianza público-privada en la que el Estado aporta los terrenos, y el capital privado asume el desarrollo. Es una fórmula responsable, moderna y eficiente. El Estado facilita, promueve y supervisa; el sector privado ejecuta, invierte e innova. Es una señal clara de madurez institucional.
La ubicación no es casual. El Ensanche La Fe, una zona urbana con décadas de historia, será el epicentro de una posible revitalización sin precedentes. No solo se piensa en un estadio, sino en una transformación urbana integral: espacios públicos optimizados, polos comerciales y residenciales, empleo, recreación y seguridad ciudadana. Esta visión conectada de ciudad es la que necesitan las capitales modernas.
En este proceso, el Banco de Desarrollo y Exportaciones (BANDEX) juega un rol protagónico. Como parte de la comisión consultiva establecida por el decreto, BANDEX reafirma su compromiso con el desarrollo de infraestructura deportiva y urbana en el país. Su participación garantiza el rigor financiero, la visión estratégica y el respaldo técnico que este tipo de iniciativas requieren. BANDEX no solo apoya con recursos: impulsa ideas, proyectos y modelos de desarrollo sostenibles que priorizan el bienestar colectivo.
Además, el decreto no deja fuera la institucionalidad. Con una comisión plural y consultiva —presidida por el Dr. Jorge Subero Isa e integrada por figuras clave del deporte, la banca pública y la gestión urbana—, el proceso se asegura un abordaje técnico, transparente y participativo.
No hay que perder de vista el trasfondo de este paso: República Dominicana ya no se limita a exportar peloteros al mundo, sino que se proyecta como un país capaz de recibir al mundo en casa. La eventual posibilidad de juegos oficiales de MLB en Santo Domingo es más que un anhelo: es una estrategia de posicionamiento global.
Este proyecto —como toda gran obra— tendrá retos, cuestionamientos y exigencias. Pero su espíritu, si se mantiene firme en el interés colectivo, merece el respaldo de todos. Porque no se trata solo de construir un estadio. Se trata de construir ciudad, construir identidad, construir futuro.
