En tiempos de incertidumbre, encontrar respuestas claras y precisas puede ser un desafío. Sin embargo, una pregunta bien formulada puede iluminar el camino más que una respuesta superficial. Este pensamiento, compartido por Daniel del Valle, Embajador de las Naciones Unidas y Presidente de la Juventud del Programa Hábitat de las Naciones Unidas, resuena profundamente en una era marcada por cambios rápidos y constantes.
Desde la sede de la ONU, Daniel del Valle nos invita a reflexionar sobre el poder transformador de la juventud. Los jóvenes, con nuestra capacidad para cuestionar y explorar, tenemos el poder de cambiar el mundo. Valoremos y celebremos el poder de una buena pregunta. ¡Cuestionemos sin miedo, con acción!
Aquí sus reflexiones íntegramente:
«Pero el joven tiene qué venir acompañado de ideas y sobre todo de soluciones. El joven no debe venir a preguntar y decir ‘¿y cómo resolvemos esto? ¿y cómo tal?’ No, el joven tiene que venir con soluciones escritas y con propuestas tangibles. Entonces, esa es la forma en la que el joven encuentra el respeto ante una institución gubernamental, cuando dice ‘tenemos este problema, esta solución’. No necesariamente acierta, y ojo, yo al igual que afirmo esto, comparto la siguiente teoría. Creo que hoy nos afanamos a encontrar respuestas a todos los problemas y no todos los problemas tienen respuesta, sobre todo cuando nos alejamos de la realidad tangible, cuando nos vamos a digitalización, cuando nos vamos a nuevas tecnologías, cuando nos vamos a inteligencia artificial. ¿Qué tanto conocemos de ello? Si no conocemos siquiera de nuestra inteligencia física. Entonces, ahí no son tanto respuestas que tenemos que dar los jóvenes o en general la sociedad. A veces cuando tú formulas una muy buena pregunta, una pregunta exclusiva, también creas una dinámica de trabajo y de estudio que es muy poderosa y eso también lo saben los del campo académico. También la formulación de una muy buena pregunta te da una mucho más fácil satisfacción que una respuesta que potencialmente puede ser coherente.»
Este mensaje resalta la importancia de las soluciones proactivas y tangibles. Los jóvenes no solo deben cuestionar, sino también presentar soluciones concretas. Esta actitud proactiva es clave para ganarse el respeto y la credibilidad ante instituciones gubernamentales y otros organismos.
Al mismo tiempo, Daniel del Valle nos recuerda que no todas las preguntas tienen respuestas claras, especialmente en campos emergentes como la digitalización y la inteligencia artificial. La exploración y la formulación de preguntas innovadoras pueden ser igual de valiosas que las respuestas mismas. En el ámbito académico, una pregunta bien formulada puede generar nuevas líneas de investigación y descubrimientos significativos.
En conclusión, el mensaje de Daniel del Valle subraya una verdad fundamental: el poder de una buena pregunta no debe subestimarse. Los jóvenes, al combinar la curiosidad con propuestas tangibles, pueden liderar el cambio y enfrentar los desafíos del mundo moderno. En lugar de buscar respuestas inmediatas, debemos aprender a formular preguntas profundas y reflexivas, que abran nuevas vías de pensamiento y acción. Así, podremos transformar la incertidumbre en oportunidades y construir un futuro más prometedor para todos.
