El presupuesto participativo, regulado por la Ley 170-07 sobre Presupuesto Participativo Municipal, es una herramienta clave para fomentar la transparencia y la participación ciudadana en la gestión municipal. Además, su implementación en los ayuntamientos del país está respaldada por el artículo 21 de la Ley 176-07 del Distrito Nacional y los Municipios, que establece la obligatoriedad de este mecanismo para garantizar la inclusión de la ciudadanía en la toma de decisiones sobre los recursos públicos.
En el Distrito Nacional y en los demás municipios, esta práctica asegura que los proyectos ejecutados respondan a las necesidades reales de los sectores, fortaleciendo el compromiso democrático. La participación activa en la asignación de recursos refuerza la confianza entre autoridades y ciudadanos, mejorando la eficiencia en la inversión pública, ya que las prioridades se definen según las realidades locales.
Sin duda, cuando los ciudadanos se involucran en la asignación de recursos, la transparencia se convierte en una responsabilidad compartida. La comunidad sabe cómo se invierte cada centavo, y los regidores, como responsables, garantizan la ejecución correcta de los proyectos aprobados. Este enfoque no solo fortalece el vínculo con los vecinos, sino que también optimiza la inversión, priorizando las necesidades locales. Por ejemplo, la semana pasada, por primera vez, en los sectores de San Gerónimo y Ensanche Naco, este presupuesto llegó para que la gente eligiera las prioridades de obras en sus localidades. Ver este proceso de empoderamiento ciudadano me llenó de orgullo. Es un paso hacia una democracia más cercana y participativa.
Menú Positivo/Negativo: Obras que se pueden realizar y las que no
En el marco del Presupuesto Participativo Municipal del Distrito Nacional, la alcaldía ha establecido un listado de obras categorizadas entre las que se pueden realizar y las que no se pueden realizar. A continuación, se detalla el alcance:
Obras que se pueden realizar:
• Aceras y contenes: Reparación, construcción y ampliación.
• Adaptación de aceras para mejorar la movilidad: Reparación, construcción y ampliación.
• Bacheo de calles: Reparación y construcción.
• Badenes: Reparación, construcción y ampliación.
• Bibliotecas (mobiliarios como escritorios, sillas, mesas y abanicos): Reparación, ampliación y equipamiento.
• Canalización de aguas residuales: Reparación, construcción y ampliación.
• Filtrantes e imbornales: Reparación, construcción y ampliación.
• Intervención de cañadas: Reparación.
• Canchas: Reparación, construcción, ampliación y equipamiento.
• Capacitación social: Solo equipamiento.
• Escalones y pasamanos de escaleras: Reparación, construcción y ampliación.
• Iluminación de áreas públicas: Reparación, construcción y ampliación.
• Mercados: Reparación, ampliación y equipamiento.
• Parques infantiles: Reparación, construcción, ampliación y equipamiento.
• Parques municipales: Reparación, ampliación y equipamiento.
• Pavimentación de callejones: Reparación, construcción y ampliación.
• Estadios de béisbol (play): Reparación, ampliación y equipamiento.
• Cementerios: Reparación.
• Escuelas laborales: Reparación, ampliación y equipamiento.
• Centros comunales: Reparación, ampliación y equipamiento.
• Señalización vial: Reparación, construcción, ampliación y equipamiento.
Obras que no se pueden realizar:
• Asfaltado: No está contemplado en ninguna categoría.
• Viviendas: No está contemplada en ninguna categoría.
• Pozos sépticos: No está contemplado en ninguna categoría.
• Inversión productiva: No está contemplada en ninguna categoría.
Este menú guía la priorización de obras, garantizando que las comunidades participen activamente en la decisión de qué proyectos son viables dentro del presupuesto disponible.
El Futuro del Presupuesto Participativo
Para 2025, el presupuesto asignado en nuestra ciudad es de 150 millones de pesos para obras en 50 sectores de nuestra ciudad, lo que representa solo el 2.5 % del presupuesto total del ayuntamiento. Aunque esta inversión ha sido positiva, creo que es insuficiente para cubrir los reclamos cotidianos de los vecinos. En los próximos años, es crucial aumentar este monto, lo que permitiría ejecutar más proyectos, cubrir más sectores necesitados y fortalecer la relación entre las autoridades y los ciudadanos.
El progreso y el desarrollo del Distrito Nacional dependen de mantener viva la participación ciudadana. Cuando una ciudad y su gente trabajan juntos, el cambio es inevitable. Podemos soñar con calles más iluminadas, parques llenos de vida, aceras con condiciones, mercados renovados y espacios comunitarios que reflejen el orgullo de ser capitaleños. El presupuesto participativo no es solo una herramienta técnica, es una oportunidad para construir esperanza y confianza, un recordatorio de que Santo Domingo puede ser el lugar que todos deseamos.
A los capitaleños, les digo: ¡soñemos en grande, decidamos juntos y trabajemos por un futuro mejor!
¡Santo Domingo tiene con qué!
No se trata de ganar elecciones, se trata de ganarse el corazón de la gente.
Jorge Feliz Pacheco
El autor es regidor del Distrito Nacional