jueves, junio 12, 2025
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El sargazo, una amenaza recurrente para el Caribe y la economía dominicana

Por Redacción Pincel

Una vez más, el mar Caribe se enfrenta a una amenaza ambiental que, aunque natural en su origen, se ha convertido en un problema de escala regional: el sargazo. Se trata de una macroalga flotante que, impulsada por las corrientes oceánicas y alimentada por el exceso de nutrientes, forma extensas masas marrones que llegan a las costas afectando playas, ecosistemas, salud y turismo.

Este año, científicos de la Universidad del Sur de Florida han identificado una acumulación récord de más de 37 millones de toneladas de sargazo en el Atlántico tropical, el mar Caribe y el golfo de México. Se espera que grandes cantidades de estas algas continúen llegando durante los próximos meses a las costas de varios países del Caribe, incluido República Dominicana.

El fenómeno no es nuevo. Desde 2011 se han documentado floraciones masivas que, según expertos, están relacionadas con el aumento de nutrientes derivados de fertilizantes agrícolas que llegan al océano desde grandes cuencas fluviales como la del Amazonas. A esto se suma el calentamiento global y los cambios en las corrientes marinas.

Aunque en mar abierto el sargazo sirve de refugio y alimento para diversas especies marinas, al llegar a la costa representa múltiples riesgos: su descomposición genera malos olores, afecta la calidad del agua y libera gases como el sulfuro de hidrógeno, que puede irritar ojos y vías respiratorias. Además, su acumulación bloquea el acceso a las playas, reduce la llegada de turistas y daña el paisaje costero.

República Dominicana, como potencia turística del Caribe, debe enfrentar este reto con una estrategia integral y sostenible, basada en tres pilares fundamentales:

  1. Prevención y monitoreo: establecer sistemas de alerta temprana, vigilancia satelital y cooperación internacional para anticipar el arribo del sargazo.
  2. Gestión adecuada y uso alternativo: invertir en tecnologías para recolección responsable y explorar alternativas de aprovechamiento como compostaje, biocombustibles o insumos industriales.
  3. Educación y conciencia pública: sensibilizar a la población costera, a los actores del turismo y a la ciudadanía en general sobre las causas y consecuencias del sargazo, así como su manejo responsable.

En los últimos años, sectores empresariales, académicos y autoridades locales han comenzado a coordinar esfuerzos para mitigar sus efectos. Sin embargo, el volumen creciente del fenómeno exige una respuesta nacional articulada, con apoyo técnico, financiamiento sostenible y compromiso multisectorial.

El sargazo llegó para quedarse, y aunque no podemos eliminarlo del océano, sí podemos prepararnos mejor para convivir con él, minimizar su impacto y proteger nuestras playas, que son mucho más que destinos turísticos: son patrimonio natural, fuente de vida y motor económico de miles de familias dominicanas.

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