martes, diciembre 3, 2024
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Hablando de reformas

Hablar de policía significa remontarse a los orígenes de la constitución de los primeros núcleos de población organizada como representación evidente de la autoridad ejercida por los que, en cada momento, detentaban el poder. El servicio policial es una actividad que de una u otra manera incide, en algún momento de sus vidas, en todos los ciudadanos,  por lo que nadie pone en duda la necesidad de su existencia y justifica que a  todo Estado se le exija, por encima de cualquier otra consideración que sea capaz de asegurar la tranquilidad y seguridad de sus ciudadanos.

En Latinoamérica muchas de las instituciones  policiales tienen graves problemas, entre los cuales podemos citar: Recursos humanos no calificados, debido a la formación y entrenamiento deficiente, corrupción institucional, precariedad en la seguridad social del agente y sus dependientes, escala salarial inadecuada, entre otros, dificultando el buen desempeño que deben prestar en el desenvolvimiento de las tareas policiales correspondientes.

Todos los ciudadanos comprometidos con nuestro país estamos en la obligación de señalar las debilidades existentes en cualquier área del Estado y aportar posibles soluciones que puedan lograr a corto o mediano plazo las transformaciones que la Nación dominicana requiere.

La sociedad es abatida desde hace algunos años y en la actualidad por graves problemas; particularmente en lo que se refiere a la seguridad pública, la cual se relaciona en muchos casos a fenómenos transnacionales difíciles de erradicar. Como son el crimen organizado, tráfico de drogas,sicariato, la corrupción, la impunidad, entre otros.  

Unido a esto, el debilitamiento de nuestras instituciones, las cuales demandan y ameritan profundos y minuciosos procesos de reforma, como el recurso capaz de enfrentar con eficacia el incremento de las constantes amenazas criminales que nos impactan, garantizando de esta manera el Estado de Derecho que todos los dominicanos merecemos.

Si queremos revertir la situación actual de inseguridad ciudadana es preciso enfocar la reforma policial desde una perspectiva proactiva, de proximidad, profesionalidad y respeto a los Derechos Humanos. Lo que requiere de una alianza entre policía y comunidad, capaz de restablecer la confianza ciudadana, aumentar la capacidad preventiva y la convivencia pacífica.

La reforma policial en nuestro país se hace necesaria, pero la misma no debe ser únicamente responsabilidad del Estado,todos debemos colaborar para desarrollar una agenda comprometida a crear políticas públicas adecuadas, oportunidades de trabajo a nuestros jóvenes, para poder contribuir con la disminución de la pobreza. Lo que crea factores protectores de prevención de actos delictivos.

Estamos conscientes de que la Policía Nacional precisa de una verdadera reingeniería institucional que garantice un cambio doctrinal hacia el modelo comunitario vigente hace años en países desarrollados y aplicado con bastante éxito; mejorando la credibilidad institucional y orientando toda su actuación al servicio de la población mediante una acción proactiva.

Se necesita una policía capaz de asumir el concepto de seguridad ciudadana como garantía del orden y la paz social.

Es importante destacar que todo estudio sobre percepción ciudadana de la institución policial y de su desempeño, constituye un instrumento valioso para la toma de decisiones en materia de política de seguridad hacia lo interno y lo externo de la institución, ya sea para modificar prácticas que no son las más adecuadas, mejorar aspectos de la formación y capacitación policiales, o fortalecer la comunicación entre la Policía y la comunidad. 

Existe una percepción generalizada de que la delincuencia es una sola y de que amenaza por igual a los habitantes de un Estado, una región, ciudad o comunidad.

Podemos definir una estratificación basada en el grado de afectación económico del delito, lo cual nos permite hablar de una delincuencia de impacto menor, intermedio y alto. 

La delincuencia de impacto menor afecta a una cantidad considerable de personas; aquí entrarían los robos y asaltos a personas, automóviles y viviendas, entre otros. La delincuencia de impacto mayor estaría vinculada al crimen organizado, la corrupción, los asaltos bancarios, los secuestros y otros, cuyo impacto económico es muy fuerte aunque la cantidad de personas afectadas es menor o su resultado es tan diluido que un fuerte sector de la población no siente sus consecuencias directas, como es el caso de la corrupción. La delincuencia intermedia sería la que se encuentra entre un nivel y otro de los anteriormente citados y recae en un nivel poblacional intermedio. 

¿Qué es lo que más interesa? ¿Garantizar la seguridad a la ciudadanía más indefensa o a la que tiene más protección y/o recursos para protegerse? 

 ¿Qué hacer? ¿Combatir a la delincuencia de menor impacto pero de mayor sensibilidad ciudadana o a la de mayor impacto pero menor sensibilidad? 

Cualquier combinación que se haga en materia de distribución de la atención policial implica las siguientes preguntas: ¿Tiene la Policía la preparación suficiente para enfrentar éste o aquel tipo de delincuencia? ¿En qué áreas debe especializarse a la Policía para enfrentar los diversos tipos de delincuencia? 

La elección de las diversas formas de estratificación delincuencial condicionaría el tipo de abordaje y de sustentación de cualquier tipo de delincuencia. Así, si se selecciona la del impacto económico, se podrían tomar todos los delitos cuantificables por el impacto económico sobre las víctimas y sobre el país, como robos y asaltos a personas y viviendas, incendios premeditados, secuestros, etc. Incluso aquellos delitos que a simple vista parecen no cuantificables como el homicidio, las heridas con diferentes armas, el consumo de drogas y otros, podrían cuantificarse por el costo que su cuidado y tratamiento implican para el Estado o para la propia víctima o sus familiares. 

Hay puntos que deben ser mejorados en la Policía Nacional como son:

  • Nivel Académico 
  • Eficiencia 
  • Recursos 
  • Trato con el público 
  • Honestidad 
  • Uso de la fuerza 
  • Conocimientos 

Debemos evitar el deterioro de la imagen policial ante la ciudadanía, y aún más importante  crear policías preparados y que cumplan su labor con responsabilidad y esmero, que hagan su trabajo teniendo el respaldo de una vida digna y con seguridad social para él y su familia.

“Se requiere una policia nacional renovada, adecuada a los nuevos tiempos, comprometida con la Nación. Con conocimientos de las técnicas de actuación policial y de relación social, la capacidad de decisión, responsabilidad, de persuasión y adaptación al trabajo planificado individual y en equipo.”

El País merece una oportuna reforma policial con miras a fortalecer la seguridad ciudadana.

P.D. “Siempre he expresado mi opinión oficialmente y en privado sobre la creación desacertada del DICAN, violatoria a la Ley 50-88. El Decreto emitido por el Presidente Luis Abinader en el que lo elimina; es atinado, oportuno y correcto. Parte importante de la Reforma Policial.”

Dr. Rafael Guerrero Peralta.

Hablando de reformas

Hablar de policía significa remontarse a los orígenes de la constitución de los primeros núcleos de población organizada como representación evidente de la autoridad ejercida por los que, en cada momento, detentaban el poder. El servicio policial es una actividad que de una u otra manera incide, en algún momento de sus vidas, en todos los ciudadanos,  por lo que nadie pone en duda la necesidad de su existencia y justifica que a  todo Estado se le exija, por encima de cualquier otra consideración que sea capaz de asegurar la tranquilidad y seguridad de sus ciudadanos.

En Latinoamérica muchas de las instituciones  policiales tienen graves problemas, entre los cuales podemos citar: Recursos humanos no calificados, debido a la formación y entrenamiento deficiente, corrupción institucional, precariedad en la seguridad social del agente y sus dependientes, escala salarial inadecuada, entre otros, dificultando el buen desempeño que deben prestar en el desenvolvimiento de las tareas policiales correspondientes.

Todos los ciudadanos comprometidos con nuestro país estamos en la obligación de señalar las debilidades existentes en cualquier área del Estado y aportar posibles soluciones que puedan lograr a corto o mediano plazo las transformaciones que la Nación dominicana requiere.

La sociedad es abatida desde hace algunos años y en la actualidad por graves problemas; particularmente en lo que se refiere a la seguridad pública, la cual se relaciona en muchos casos a fenómenos transnacionales difíciles de erradicar. Como son el crimen organizado, tráfico de drogas,sicariato, la corrupción, la impunidad, entre otros.  

Unido a esto, el debilitamiento de nuestras instituciones, las cuales demandan y ameritan profundos y minuciosos procesos de reforma, como el recurso capaz de enfrentar con eficacia el incremento de las constantes amenazas criminales que nos impactan, garantizando de esta manera el Estado de Derecho que todos los dominicanos merecemos.

Si queremos revertir la situación actual de inseguridad ciudadana es preciso enfocar la reforma policial desde una perspectiva proactiva, de proximidad, profesionalidad y respeto a los Derechos Humanos. Lo que requiere de una alianza entre policía y comunidad, capaz de restablecer la confianza ciudadana, aumentar la capacidad preventiva y la convivencia pacífica.

La reforma policial en nuestro país se hace necesaria, pero la misma no debe ser únicamente responsabilidad del Estado,todos debemos colaborar para desarrollar una agenda comprometida a crear políticas públicas adecuadas, oportunidades de trabajo a nuestros jóvenes, para poder contribuir con la disminución de la pobreza. Lo que crea factores protectores de prevención de actos delictivos.

Estamos conscientes de que la Policía Nacional precisa de una verdadera reingeniería institucional que garantice un cambio doctrinal hacia el modelo comunitario vigente hace años en países desarrollados y aplicado con bastante éxito; mejorando la credibilidad institucional y orientando toda su actuación al servicio de la población mediante una acción proactiva.

Se necesita una policía capaz de asumir el concepto de seguridad ciudadana como garantía del orden y la paz social.

Es importante destacar que todo estudio sobre percepción ciudadana de la institución policial y de su desempeño, constituye un instrumento valioso para la toma de decisiones en materia de política de seguridad hacia lo interno y lo externo de la institución, ya sea para modificar prácticas que no son las más adecuadas, mejorar aspectos de la formación y capacitación policiales, o fortalecer la comunicación entre la Policía y la comunidad. 

Existe una percepción generalizada de que la delincuencia es una sola y de que amenaza por igual a los habitantes de un Estado, una región, ciudad o comunidad.

Podemos definir una estratificación basada en el grado de afectación económico del delito, lo cual nos permite hablar de una delincuencia de impacto menor, intermedio y alto. 

La delincuencia de impacto menor afecta a una cantidad considerable de personas; aquí entrarían los robos y asaltos a personas, automóviles y viviendas, entre otros. La delincuencia de impacto mayor estaría vinculada al crimen organizado, la corrupción, los asaltos bancarios, los secuestros y otros, cuyo impacto económico es muy fuerte aunque la cantidad de personas afectadas es menor o su resultado es tan diluido que un fuerte sector de la población no siente sus consecuencias directas, como es el caso de la corrupción. La delincuencia intermedia sería la que se encuentra entre un nivel y otro de los anteriormente citados y recae en un nivel poblacional intermedio. 

¿Qué es lo que más interesa? ¿Garantizar la seguridad a la ciudadanía más indefensa o a la que tiene más protección y/o recursos para protegerse? 

 ¿Qué hacer? ¿Combatir a la delincuencia de menor impacto pero de mayor sensibilidad ciudadana o a la de mayor impacto pero menor sensibilidad? 

Cualquier combinación que se haga en materia de distribución de la atención policial implica las siguientes preguntas: ¿Tiene la Policía la preparación suficiente para enfrentar éste o aquel tipo de delincuencia? ¿En qué áreas debe especializarse a la Policía para enfrentar los diversos tipos de delincuencia? 

La elección de las diversas formas de estratificación delincuencial condicionaría el tipo de abordaje y de sustentación de cualquier tipo de delincuencia. Así, si se selecciona la del impacto económico, se podrían tomar todos los delitos cuantificables por el impacto económico sobre las víctimas y sobre el país, como robos y asaltos a personas y viviendas, incendios premeditados, secuestros, etc. Incluso aquellos delitos que a simple vista parecen no cuantificables como el homicidio, las heridas con diferentes armas, el consumo de drogas y otros, podrían cuantificarse por el costo que su cuidado y tratamiento implican para el Estado o para la propia víctima o sus familiares. 

Hay puntos que deben ser mejorados en la Policía Nacional como son:

  • Nivel Académico 
  • Eficiencia 
  • Recursos 
  • Trato con el público 
  • Honestidad 
  • Uso de la fuerza 
  • Conocimientos 

Debemos evitar el deterioro de la imagen policial ante la ciudadanía, y aún más importante  crear policías preparados y que cumplan su labor con responsabilidad y esmero, que hagan su trabajo teniendo el respaldo de una vida digna y con seguridad social para él y su familia.

“Se requiere una policia nacional renovada, adecuada a los nuevos tiempos, comprometida con la Nación. Con conocimientos de las técnicas de actuación policial y de relación social, la capacidad de decisión, responsabilidad, de persuasión y adaptación al trabajo planificado individual y en equipo.”

El País merece una oportuna reforma policial con miras a fortalecer la seguridad ciudadana.

P.D. “Siempre he expresado mi opinión oficialmente y en privado sobre la creación desacertada del DICAN, violatoria a la Ley 50-88. El Decreto emitido por el Presidente Luis Abinader en el que lo elimina; es atinado, oportuno y correcto. Parte importante de la Reforma Policial.”

Dr. Rafael Guerrero Peralta.

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