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La competitividad comprende aspectos que van desde el transporte de carga y pasajeros por compensación o paga, al uso de los servicios de las terminales aeroportuarias dominicanas. Circuscribirse exclusivamente a las líneas aéreas, cuando hacemos referencia a la presencia en el mercado, es probable que dicho análisis no nos lleve directamente a entender la gran dimensión de la industria aérea en sentido general.
La Republica Dominicana como destino turístico de preferencias en las Antillas Mayores, goza sin duda de una infraestructura turística modelo regional y esto incluye los puntos de entrada, que son los aeropuertos y puertos turísticos en el país. Es entendible que el ciudadano vea con poco entendimiento el impacto de la aviación en la economía de un país, resume su entendimiento al hecho de vincularlo solo como un medio de transporte, ya que ve la aviación como un insumo o medio para la realización de las actividades comerciales en el turismo o para trasportarse en ella y no es así, la aviación comercial trasciende el turismo y de una manera u otra, se encuentra vinculada con las demás actividades comerciales de un país.
La aviación es el medio de transporte por excelencia en el turismo, por el cual el viajero puede alcanzar sus destinos por la vía más rápida y segura disponible. Todo eso es posible en nuestro país, con las herramientas tecnológicas necesarias y conjuntamente con la infraestructura aeroportuaria que hace posible alcanzar esos objetivos, pero no se detiene ahí, porque también debe ser una prioridad las creaciones de líneas aéreas nacionales y la formación técnico profesional especializada para la realización de las diferentes tareas.
Si vemos el tamaño del país y el número de aeropuertos existentes, así como el número de habitaciones disponibles, podemos afirmar que somos una potencia turística regional. De continuar la tendencia en los próximos años seguramente nos encontraremos en la necesidad de un mayor número de líneas aéreas dominicanas o un aumento en la flota de las líneas aéreas ya existentes con el objetivo de suplir la demanda de transporte aéreo o en cierta medida, ¨una menor dependencia de operadores extranjeros¨ y así conectar nuestra isla con otros mercados aun no explorados en Sur América y Centro América.
Hoy en día es una política de Estado, la certificación de operadores aéreos nacionales (líneas aéreas) con el fin deampliar la conectividad de la isla, así como la formación de personal técnico profesional especializado que puedan ocupar esas posiciones que resulten demandadas a raíz del gran auge dela industria y en consecuencia una mayor demanda de técnicos profesionales especializados, por el incremento de losoperadores comerciales (líneas aéreas) y aeropuertos. En el caso de los aeropuertos, vemos que se encuentran en procesos de ampliación y modernización en razón del incremento del número de operaciones, siendo un indicador de desarrollo en la industria turística nacional.
En el caso del Instituto Dominicano de Aviación Civil (IDAC) dentro de su misión institucional como Autoridad de Aviación Civil (CAA), certifica, vigila y brinda servicios de navegación aérea, dicha institución está inmersa en un proceso de apertura al fomento de la aviación civil dominicana, llevando a cabo varias certificaciones de líneas aéreas grandes y firmando acuerdos con los diferentes actores de la industria, para la capacitación del personal técnico profesional especializado, haciendo uso de su Academia Superior de Ciencias Aeronáuticas (ASCA) la cual permitirá un aumento de las capacidades técnicas del personal especializado, a la hora de realizar las diferentes tareas dentro de su puesto de trabajo con un nivel de cumplimiento óptimo.
Debemos reforzar aspectos relacionados a la competitividad estratégica, seleccionar a la aviación civil dentro de un marco estratégico como un eje central o neurálgico de la productividad, seguridad y conectividad, afianzando como isla la menor dependencia posible de operadores extranjeros. Ciertamente esto representa un gran reto para los dominicanos el poder alcanzar esos objetivos, se requiere la participación publico privada, la capacitación y entrenamiento constante para poder elevar los perfiles de competencias de los técnicos especializados y a la misma vez poder mantener una infraestructura aeroportuaria optima, con ¨cierto grado de preferencias para los operadores nacionales¨ en su fase de desarrollo inicial.
Las esperanzas están puestas en los empresarios dominicanos y conjuntamente con la voluntad de Estado, manifestada en reiteradas ocasiones. Tenemos un gran futuro y esperemos poder afianzar aún más nuestra presencia en el mercado del transporte aéreo con nuestros operadores locales (líneas aéreas), el cual es mercado altamente competitivo y exigente, requiriendo mucha vocación de todos los actores vinculados. Es momento de apostar al relanzamiento de los operadores tradicionales en nuestra industria, así como apoyar a los nuevos operadores de transporte aéreo, quienes prometen diversificar y robustecer la oferta en el mercado.
Elvio Carrasco
