No hay manera de describir lo que se siente leer y escuchar comentarios tan deplorables de personas alrededor del mundo que comentan sobre lo que ocurre en Palestina e Israel, como si fuesen dueños de la moral y la ley. “Animales”, “terroristas”, “que maten a los árabes”, “que mueran todos los palestinos”, “ellos empezaron ahora que sufran las consecuencias”, “muerte a los musulmanes” por mencionar los menos horrorosos comentarios, porque muchos no puedo replicarlos ni si quiera intentar escribirlos por lo inhumano que suenan.
Se ataca a toda Palestina cuando los palestinos viven bajo ocupación desde hace 75 años sufriendo el verdadero terror prolongado. No se ha visto a las potencias del mundo sancionar a Israel por las atrocidades cometidas en tres cuartos de siglo, por los asesinatos, humillaciones, despojos y todos los actos que violentan los derechos humanos y al derecho internacional que ha repetido y agudizado década tras década contra el pueblo palestino. La doble moral del mundo que condena unos actos y otros no dependiendo el interés político de la potencia a quien le concierne, con Ucrania sí, pero con Palestina no, ¿hasta cuándo?
No solo la Franja de Gaza está sufriendo actualmente,Cisjordania (que no tiene la presencia de Hamás) no ha dejado de ser atacada por la ocupación israelí, judaización de la ciudad sagrada de Jerusalén, las continuas políticas de apartheid, expansión de asentamientos ilegales, arrestos aleatorios sin justificación incluso a menores, puestos de control (check points) dentro del territorio palestino, el muro de segregación, asesinatos, hostigamiento, destrucción de propiedades, entre algunas de las muchas violaciones de los derechos fundamentales de la población palestina así como el impedimento de su derecho a la autodeterminación.
Intentan manipular a los espectadores como si se tratase de un problema “religioso”, cuando el problema siempre ha sido la ocupación ilegal, la colonización, el sometimiento de un pueblo autóctono a ser humillado mientras le roban sus tierras, sus pertenencias, su cultura, su dignidad, su todo. Pero el palestino tiene que agachar su cabeza y dejarse matar, dejarse humillar, porque su vida no vale nada ante los ojos del mundo.
De los peores comentarios que se escuchan estos días es la comparación con el holocausto, como si se tratase de algo en contra de judíos, el problema no son los judíos, como no lo fueron en la catástrofe que sufrieron durante la Segunda Guerra Mundial. En ese entonces la solución no era darle un país fuera de Europa a los que estaban siendo perseguidos y masacrados, el problema era la discriminación y el odio. Pero Palestina pagó el precio por lo que sucedió y ahora quien sufre es el pueblo palestino, a quienes se quiere borrar del mapa, perseguidos y asesinados en su propia tierra.
La potencia de ocupación israelí está acostumbrada a hacer y deshacer a su antojo sin limitaciones, como si tuviese una licencia única especial para delinquir, ¿Por qué? ¿Cuántos cientos de resoluciones han condenado sus políticas ilegales y le han pedido que desista de continuar con las mismas? ¿De qué sirve la Organización de Naciones Unidas si no hay un sistema equitativo de sanciones cuando un Estado Miembro no cumple con los principios de su carta? ¿Cuándo se pondrá fin a la ocupación de Palestina y al sufrimiento de todos los inocentes?
Muchos no lo saben, pero Belén está en Palestina, la comunidad cristiana más antigua del mundo nació en Palestina y antes de que se creara sobre su territorio el Estado de Israel, convivían habitantes que profesaban las tres religiones monoteístas como buenos hermanos. Siguen existiendo palestinos de todas las religiones e incluso no creyentes que quieren vivir en paz sin ser ocupados, masacrados y humillados. En esta ocasión, hago un llamado a todas las personas que quieren comentar y difundir información, que lean un poco de historia, que comprendan de política, que empaticen con los que han sido víctimas por décadas, que vean un poco más allá de lo que les muestran los medios híper parciales que quieren mostrar una sola narrativa manipulando la opinión del público. Ojalá no sea tarde cuando se den cuenta que han justificado acciones inhumanas defendiendo a un sistema de apartheid opresor y asesino. Tal vez no sea tarde para estar del lado correcto de la historia.
Los miembros de la comunidad internacional, en especial los dueños de las decisiones importantes del mundo, deben caer en cuenta que lo que sucede en estos momentos recae sobre sus hombros, por quedarse de brazos cruzados ante el sufrimiento por décadas de Palestina, por no resolver conforme al derecho internacional el conflicto que ellos mismos crearon, por no poner un alto a lo que se suponía que no se repetiría “NUNCA MÁS”.
Soad R.A. Rumman
Diplomática
Embajada de Palestina en El Salvador