Entender los retos de la juventud hoy en día no es un pan comido. Cada generación nace con sus propios issues, y esta no ha sido la excepción. Hablamos de competitividad académica, que se transforma en laboral; hablamos de pandemia, hablamos también de nuestra validez social, hablamos de encarar el reto de vivir cada día más y más expuestos al mundo. Hablamos también de valores y creencias que se van diluyendo a nuestro alrededor. O quizás, que se fortalecen y se convierten en sistemas inflexibles.Surgen preguntas inquietantes ¿Quiénes somos en nuestra comunidad? ¿Qué futuro nos espera? ¿vamos por buen camino?
Justo aquí reflexiono sobre la importancia de estos retos para forjar una generación de jóvenes luchadores, empáticos, y sobre todas las cosas: resilientes.
La resiliencia se describe como el proceso de adaptarse bien a la adversidad, a un trauma, tragedia, amenaza, o alguna fuente de tensión significativa. Estos tiempos nos han colmado de incertidumbre, aquella palabra que ya habitaba en nuestras mentes desde nuestro salto hacia la adultez. Es importante reconocernos resilientes, como un cuerpo a flote, si algo he aprendido es que esta generación es sinónimo de fortaleza y entereza. Hago un llamado al joven dominicano, al artista, al empresario, al político, al estudiante, al trabajador incansable: se firme en tus decisiones, reflexiona sobre el camino y reconoce en ti el poder de la resiliencia; tus aprendizajes, tus modales, tus conocimientos son desde ya el futuro de nuestro país.
Por: Liz Mieses