Jorge Amado Méndez
Abogado
Recientemente causaron mucha conmoción en el debate nacional las declaraciones del Senador Omar Fernández, desde su posición opositora, donde hacía notar la necesidad de poner en vigencia la indexación del umbral del impuesto sobre la renta para los asalariados y propuso revisar el actual sistema de asistencia social del gobierno. A ello respondió el director de Aduanas, Eduardo Sanz Lovatón, desde su posición oficial, valorando la importancia del reclamo, pero advirtiendo que nunca puede ser realizado bajo la premisa de tocar los programas sociales dirigidos a la población más vulnerable. Sin proponérselo, ambos políticos, acaban de encender un espíritu de discusión de altura, con contenido, buena política, de amor patriótico y de esperanza en las próximas generaciones.
En mi experiencia tratando de llegar al Congreso en las elecciones anteriores, siempre expliqué la necesidad de devolverle a la política el sitial que se merece, pues la noto devaluada, disminuida y hasta risible. La política es algo muy serio, pues nos impacta a todos, en lo cívico, en lo económico, en lo moral.
Volviendo al debate inicial y queriendo aportar a la discusión, reflexiono sobre la difícil tarea de equilibrar recursos limitados y necesidades ilimitadas En un mundo donde las necesidades son infinitas y los recursos escasos, la política se convierte en el arte de tomar decisiones difíciles. La frase «la política es el arte de lo posible», atribuida al canciller alemán Otto Von Bismark y que resume su visión pragmática del poder, cobra especial significado en este contexto, ya que los líderes políticos deben navegar por un laberinto de demandas y prioridades para asignar recursos de manera efectiva.
Un Estado dispone de recursos limitados, mientras que un país tiene necesidades ilimitadas. La educación, la salud, la seguridad, la asistencia social, entre otras áreas, requieren inversiones significativas, sin embargo, la realidad es que no todos los proyectos pueden ser financiados simultáneamente. Es aquí donde la política se transforma en un ejercicio de priorización. Los líderes políticos deben evaluar las necesidades de diferentes grupos y sectores, determinar qué proyectos y programas tienen el mayor impacto en la sociedad y tomar las decisiones difíciles sobre cómo asignar los recursos disponibles. Sin embargo, esta tarea no es fácil, ya que cada sector tiene intereses y prioridades diferentes.
En este contexto, la política es el arte de lo posible. No se trata de hacer lo que es ideal, sino de hacer lo que es factible con los recursos disponibles. Los líderes políticos deben ser pragmáticos y flexibles, capaces de adaptarse a las circunstancias cambiantes y de encontrar soluciones creativas a problemas complejos.
La frase «la política es el arte de lo posible» nos recuerda que la política es, ante todo, un ejercicio de priorización y toma de decisiones en un entorno de escasez.



