A ojos del Senado, el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, incurrió en «crímenes contra la humanidad» con su negacionismo ante la pandemia de la COVID-1, que mató a más de 600.000 personas en el país, según el último informe de una comisión del Legislativo que investigó la gestión de la crisis sanitaria.
El informe contra Bolsonaro, redactado por el senador Renan Calheiros, instructor del grupo, incluye como acusados a cuatro ministros y a otras 61 personas. Además, denuncia al presidente por otros ocho delitos. Algunos son: epidemia con resultado de muerte, infracción de medidas sanitarias, charlatanería médica e incitación al delito.
Los actuales ministros de Bolsonaro incluidos en la lista son los de Salud, Marcelo Queiroga; Defensa, general Walter Braga Netto; Secretaría General, Onyx Lorenzoni; y Contraloría, Wagner Rosario. También se le suman otros colaboradores de Bolsonaro, como el excanciller Ernesto Araújo, según EFE.
Las acusaciones contra Bolsonaro se apoyan en información obtenida por el grupo parlamentario, que abarca desde la imposición en la salud pública de remedios sin eficacia comprobada contra la COVID-19 que conformaron un llamado «tratamiento precoz». Este se basó en la dudosa cloroquina y hasta serias sospechas de corrupción en la negociación de vacunas.
Asimismo, se hallaron indicios sobre una red de activistas de derecha que, combinados con el Gobierno, difundieron masiva información falsa sobre la pandemia. Esto minimizó su gravedad y en línea con el discurso mantenido por Bolsonaro.
«En conclusión, al insistir en el ‘tratamiento precoz’ como única política para combatir la pandemia, Bolsonaro colaboró fuertemente para la propagación de la COVID-19 en Brasil», refirió el informe.