Washington, D.C. – «La era dorada de Estados Unidos empieza ahora». Con esta afirmación, Donald Trump inició su primer discurso como el 47° presidente de Estados Unidos, tras juramentar su cargo este lunes en el Capitolio.
Ante cientos de invitados, incluyendo expresidentes como Joe Biden, Barack Obama, George W. Bush y Bill Clinton, así como figuras del mundo empresarial como Elon Musk y Mark Zuckerberg, Trump prometió restaurar la soberanía del país y devolverle su grandeza.
«En cada uno de mis días al frente del gobierno, pondré a Estados Unidos primero», afirmó el republicano, asegurando que su administración trabajará para convertir a la nación en una sociedad «orgullosa, próspera y libre».
Promesas de seguridad y medidas inmediatas
Trump anunció que declarará la «emergencia nacional» en la frontera con México y enviará tropas para «arreglar el desastre». Además, adelantó que designará a los cárteles del narcotráfico como organizaciones terroristas y rebautizará el Golfo de México como Golfo de América.
En el ámbito internacional, el mandatario señaló su intención de recuperar el control del Canal de Panamá, argumentando que «Estados Unidos no se lo entregó a China, sino a Panamá, y vamos a recuperarlo».
Energía, economía y manufactura nacional
El nuevo presidente también prometió reactivar la explotación de combustibles fósiles, eliminando los compromisos ambientales de la administración anterior. «Vamos a perforar, baby, a perforar», dijo, en referencia a su estrategia energética basada en la extracción de petróleo.
Sobre la economía, Trump aseguró que impondrá nuevos aranceles a otros países para fortalecer las finanzas de EE.UU. y estimulará la producción manufacturera, en un guiño a los trabajadores del sector automotor.
Misión a Marte y el «destino manifiesto»
En su discurso, Trump reiteró su ambición espacial al prometer que colocará la bandera estadounidense en Marte. «Lanzaremos astronautas estadounidenses para plantar las barras y estrellas en el planeta rojo», afirmó.
Antes de concluir, recordó el atentado que sufrió en Pensilvania durante la campaña electoral y lo describió como un milagro divino. «Dios me salvó para hacer a EE.UU. grande de nuevo», expresó.
El mandatario cerró su intervención con un mensaje de confianza y determinación: «Nada se interpondrá en nuestro camino porque somos estadounidenses y nuestra edad dorada acaba de comenzar. Gracias. Dios bendiga a Estados Unidos».
