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Por Jhanel Ferreras
Mercadologo, Comunicador, Diplomático, Catedrático y Político.
Estados Unidos en 1776 logró la primera independencia del nuevo mundo, en 1975 se independiza Surinam y finalmente en 1983 se estableció el último proceso independentista americano.
De 1800 a 1850 más de la mitad de todos los países continentales lograron marcar su proceso de liberación parcial o total.
A partir de la declaración de independencia, los nuevos territorios jurídicos tienen un proceso de maduración institucional sustentado regularmente por personas notables, partidos políticos ó pactos endosados hasta con sangre.
En 2021 América a pesar de ser el más joven de los 5 continentes, exhibe una madurez política interesante, hemos pasado la era de los golpes de Estado, y los regímenes de fuerza (dictaduras). Naturalmente con sus excepciones.
Los Partidos Políticos son el instrumento más importante de la democracia, el vehículo mas legítimo de la voluntad de las mayorías.
Hoy éstas organizaciones están siendo ferozmente bombardeadas por sectores invisibles al ojo humano común, pero con profundas facultades de organización y metodología destructivas.
Sectores de la sombra van socavando la imagen de la partidocracia ante la opinión pública, dando golpes pequeños pero constantes a los protagonistas principales de los partidos (Sus dirigentes).
En la República Dominicana, desde la muerte del dictador Rafael Leonidas Trujillo Molina, tres titanes se disputaron el liderazgo nacional, Joaquín Balaguer gobernó por 22 años en 2 épocas, mientras Juan Bosch y José Francisco Peña Gómez del PLD y PRD respectivamente, señalaron históricamente la falta de transparencia y democracia interna en el otrora PRSC.
El tiempo transcurrió, y nuevos líderes tomaron el control político y social de la nacion, sin embargo los ideales Balagueristas misteriosamente han adoctrinado a todos los gobiernos post Balaguer.
La democracia interna dentro de los partidos es el motor que da vida al relevo natural y necesario en las estructuras.
El gran reto de los partidos, es mantenerse cohesionado ante las amenazas de la agenda global, y sobre todo asumir agendas a largo plazo que sobreviva a las pretenciones partículares de sus miembros.
La democracia perfecta no existe, aunque resulta muy interesante ver la metamorfosis que deviene en los partidos políticos que asumen posturas radicalmente opuestas cuando están en la oposición, y cuando están en el gobierno.
El que entendió, entendió.
