Por Virgilio Feliz Mejia
La política es un deporte de resistencia. Siempre hay una multitud dispuesta a gritar desde las gradas, criticando al jugador que está en la cancha, sudando, peleando, errando a veces,pero metiendo goles también. La historia nos ha dado muchos ejemplos de esto, pero hay uno que merece especial atención.
Corre el siglo XIX y Estados Unidos está en llamas por la Guerra Civil. Abraham Lincoln, un presidente con más problemas de los que un solo hombre debería manejar, tiene en sus filas a Ulysses S. Grant, un general que, a diferencia de otros, no se entretiene con discursos ni con estrategias rimbombantes, sino que gana batallas. Pero claro, esto no basta para acallar a los moralistas de la época, quienes se presentan ante Lincoln con una gran preocupación:
Grant, según los rumores, bebe demasiado. Esperan que el presidente se escandalice. Que lo destituya. Que, por supuesto, coloque en su lugar a algún general más sobrio, más decoroso, pero menos efectivo.
Lincoln, con la paciencia de un hombre que sabe que la guerra no se gana con discursos sino con victorias, responde con una frase que quedará para la historia:
«Si pudiera averiguar qué marca de whisky bebe Grant, me gustaría enviar un barril a cada uno de mis otros generales.»
Es decir, los resultados son lo que importa. No el ruido. Luis Abinader y el whisky de la oposición Ahora, adelantemos un par de siglos hasta la República Dominicana del 2025. No hay una guerra civil en el sentido tradicional, pero sí una batalla política constante. Y, en el centro de todo, un presidente: Luis Abinader.
Su gobierno no ha sido fácil. Recibió un país en plena pandemia, con una economía golpeada, desafíos históricos en seguridad, educación y salud, y una frontera complicada con Haití. Pero, al igual que Grant, se enfocó en la acción. Y también, al igual que Grant, laoposición no ha tardado en buscar la manera de menospreciar su trabajo.
Las Críticas de la Oposición: Ruido vs. Realidad Después del discurso de rendición de cuentas del 27 de febrero de 2025, la oposición entró en modo de ataque:-Leonel Fernández, exmandatario y líder de la Fuerza del Pueblo, calificó el discurso de Abinader como “exagerado”, alegando que muchas de las obras mencionadas no han concluido.
– El PLD (Partido de la Liberación Dominicana) no se quedó atrás y sentenció que “la gente no se nutre de discursos, sino de hechos”, insinuando que la gestión de Abinader es más imagen que sustancia.
Pero, ¿qué dicen los números?
Los Resultados: Cuando las Cifras Hablan Más que las Palabras Mientras la oposición se queja, el gobierno sigue acumulando datos concretos:
– Crecimiento Económico: A pesar del contexto internacional, la economía dominicana mantiene una de las tasas de crecimiento más altas de la región, con un PIB proyectado en más del 5 % en 2024.
– Infraestructura:Se han concluido 131 obras en todo el país con una inversión de RD$16,000 millones, incluyendo carreteras, hospitales y proyectos de transporte como el monorriel de Santiago y la ampliación del metro en Santo Domingo.
– Seguridad: En los últimos seis meses, se han decomisado 44.6 toneladas de drogas, superando en poco tiempo lo que la administración anterior incautó en ocho años.
– Educación: Más de 50,000 becas han sido otorgadas para garantizar que jóvenes dominicanos puedan acceder a educación superior y técnica.
– Lucha Contra la Corrupción: Exfuncionarios de alto perfil han sido procesados por corrupción, rompiendo con décadas de impunidad política.
Si Lincoln Tomara Café Entonces, la pregunta es clara: ¿Abinader es perfecto? No. ¿El país sigue teniendo desafíos?
Sí. Pero, ¿se están logrando avances reales? También.Si Lincoln estuviera vivo hoy y viera la situación, probablemente no se preocuparía por los titulares de la oposición. Se serviría un café, revisaría los datos y, con su característico sarcasmo, diría:
Si pudiera averiguar qué método usa Abinader para mantener la estabilidad y el crecimiento en este país, me gustaría que se lo enseñaran a unos cuantos presidentes más.» Porque en política, como en la guerra, al final los resultados hablan más fuerte que las críticas.
